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Sentidos (¿5?) o ¿Será mejor callar?

Valencia me mata

Valencia, tierra de la música.

¡Es verdad!, ¡es verdad!, ¡esta mañana mismo ha sido!, ha vuelto a pasar. A pesar de mi edad, de ser músico profesional, de ser valenciano -aunque creo que atípico gracias a mí- y de vivir esta y en esta tierra más de cuarenta años esta mañana lo he visto como una realidad incontestable e indiscutible. Basta con mezclar unos ingredientes bien escogidos y tenemos concierto. He vuelto a vivir esa reacción químico-musical tan pura esta mañana aunque he de confesar que no ha sido la primera vez ni siquiera podría decir que a pesar de mi admiración esta situación se produce de forma poco habitual. Ha sido una demostración palmaria y apabullante de nuestras dotes para la expresión e improvisación sonora, muy por encima de la mayoría de los pueblos y culturas de este planeta, quizá con excepción de los italianos....

Los ingredientes a los que me refería son: unos coches con valencianos dentro circulando por (o a traves, por el gusto especial que sentimos al trazar línes tangentes) una ¡ROTONDA!*.

Somos grandes.

 

* "Glorieta" en otras culturas más... del centro, menos musicales, pero quizá más señoritingas, de rancio abolengo, vamos, de esas que a un polígono industrial de "toa la vida" ahora dicen "parque empresarial".

VIVIENDO EN EL ESPÍRITU DE LA FIESTA

VIVIENDO EN EL ESPÍRITU DE LA FIESTA Siempre que se acerca el mes de marzo tengo pensamientos encontrados en lo referente a "nuestras fiestas". Las comillas vienen no porque no las considere mías, me parecen unas fiestas fascinantes en su desmesura, simplemente son fiestas que las vives (haciéndolas tuyas) o huyes, no hay término medio, de ahí el entrecomillado. Este año los pensamientos han vuelto más tumultuosos que nunca, tanto es así que he tardado dos meses en animarme a lanzar una queja que diría es más filosófica y sociológica que otra cosa, y ya me pesa que sea justo cuando se inicia la campaña electoral. Pero ya se sabe: hay veces que es ahora o nunca, por tanto ES AHORA, agárrate Valencia, que voy....

Lo que me gusta de todas las fiestas, de todas las que valen la pena (que son muchas) es la sensación general de subversión y trastoque de el orden, las costumbres morales, la buena apolillada educación, la corrección política, la mesura, y un largo etcétera de cosas que durante la "vida normal" suelen estar en su sitio. Pongamos como ejemplo los carnavales: un señor respetable se puede vestir de "drag queen" sin despertar el mínimo estupor, todo lo contrario... por unas horas eres lo que no eres ni puedes ser en la vida "normal". Aquí la gente no se viste de nada raro, aunque hay muchas veces que echo a faltar la autenticidad del verdadero traje de labradora (ver nota 1), nuestra fiesta consiste en poner en ridículo a los demás y a los "otros-nosotros-mismos" con grandes dosis de humor entre ingenioso y corrosivo. Uno puede vivir ese estado de excepcionalidad desde días antes ya de las fiestas... siempre recuerdo una vivencia muy inocente pero que ilustra perfectamente todo esto en un 1X de marzo de 19XX. Me encontraba paseando por la calle S. Vicente, el tiempo era magnífico... de los que producen una sensación de bienestar increíble. Eufórico me dispuse a cruzar la calle sin mirar y... en el momento que la pisaba dí un respingo y miré alarmado hacia atrás: cruzar por ahí un día normal supone ser atropellado, pero.... ¡ningún coche!. Puede parecer muuuuuy inocente, pero lo de ningún coche en la capital del Turia suena a ciencia ficción. Me recreé la vista en esa calle con gente como yo cruzando por donde le venía en gana y me dije: ¡LA FIESTA!.

Esta "nuestra" fiesta tiene sin embargo la que me parece la mayor y más maravillosa subversión del sentido común: aquella que consiste en QUEMAR en una noche el trabajo y los sacrificios de todo un año. Así de brutal, sin paliativos. Nosotros, que somos así de brutos -mucho, oiga- lo hacemos así, pero en finolis sería la escenificación anual del mito del Ave Fénix.
Este significado también cambió con el avance de la fiesta a lo largo del s. XX. Antes las Fallas eran un homenaje a la purificación recicladora: se quemaba lo inútil, todo un símbolo de renovación y deseos de mejora. Hoy no, hoy se quema TODO. Es la catársis del despilfarro. Pero yo no creo que esto sea negativo, el mito del Ave Fénix tiene una componente loca que va muy bien con lo "oscuro" de la fiesta.

Lo realmente negativo es extender esto a los usos de la vida "normal". Lo negativo es que aquel señor no pueda dejar de ser "drag queen" y que nosotros ardamos en una loca pira los 365 días del año, QUE ES LO QUE HACEMOS. Pasado el 19 de marzo las "Fallas" están todos los putos -perdón- días en las portadas del "Levante", de "Las Provincias" y otros (2) ya que hay que quemar recursos para salir en primeras planas. Por tanto nada de políticas razonables de construcción de bases ni educativas, ni culturales, ni sociales, ni hostias: ante todo hechos que sean noticias de alcance. Huída loca hacia no se sabe dónde y un "gastemos para que de los que vengan después nos descojonemos". ¡El espíritu de la fiesta, amigos!.... ¡que las Fallas te acompañen!...

No se piense que digo esto en clave política y critico al partido gobernante ahora aquí, estoy convencido que eso es YA algo nuestro y veo -con auténtico sentido de la fatalidad pesimista- que es un comportamiento ya enquistado. Pueden cambiar algunas cosas pero NO la esencia de las cosas. Nuestra esencia es todo eso (3).

TRISTE, TRISTE, TRISTE... ¿NO?

© JuanLu

(1) Nada hay más anti-afrodisiaco para mí que el traje oficial de fallera. Hace que una mujer guapísima parezca horrenda. Decidí vengarme ya hace tiempo con este pareado: Lo que me sube la primavera.... me lo baja el traje de fallera (© JuanLu... je, je)

(2) Algún día habrá que analizar el papel del periodismo en todo esto... prepárense...

(3) Anda, echadme una mano con los refranes... uno que me viene ahora reza "els diners i els collons son per les ocasions....".
Análisis: no sé si pensar que los valencianos follamos ocasionalmente, muy de vez en cuando, o por contra lo hacemos cinco veces al día por lo menos. Al menos los atributos son de uno, el dinero es público.
Valencia, estás perdida...

+ "¿por qués?

¿Por qué dicen que a los valencianos NOS gusta la música cuando realmente lo que LES gusta es el ruido?

 ¿...y por qué de este baile de pronombres?

Impresionante titular de un diario de nuestro cultural país, regado en su espíritu con OT, radio fórmulas y otros.

Impresionante titular de un diario de nuestro cultural país, regado en su espíritu con OT, radio fórmulas y otros.

Así nos va.... así nos irá.

Seguro que la mayoría vísteis la gala de Eurovisión.... je je

"Me gustas cuando callas..." ¡Qué frase más buena, Mein Gott! 

¿País de altos vuelos o país tercermundista?

Tarde del 10 de diciembre, aeropuerto de Valencia, vuelo Valencia-Madrid. Me dirijo hacia la pantalla donde aún no se lee "boarding-embarque". Arrastro lentamente la pequeña maleta que tanto me gusta (tiene el tamaño perfecto para equipaje de mano) hacia la zona de embarque, faltan todavía 20 minutos. Creo que soy feliz (como siempre). Al llegar saco mi iPod y busco en la lista de reproducción...."Hary Janos"...mmm ¡maravilloso, colorista y alegre!...play...y me dejo arrastar por el río de Kodaly.

La suite avanza y cuando casi llega a su fin son las 19.47 y en la pantalla de la terminal no hay novedad aunque el embarque estaba previsto hacía 7 minutos. "Ya está bien de música"... guardo el iPod y me dispongo a observar impaciencias. Seguimos mirando la pantalla que parece congelada. Pasan a mi lado dos trabajadoras del personal de tierra. La que parece superior cargo le dice a la otra una frase a la cual mi consciente no da importancia, pero que mi puñetero subconsciente -como siempre- se encarga de archivar.

El embarque se produce casi con 30 minutos de retraso y hay pasajeros ya visiblemente preucupados y cabreados: todo apunta a que en la funesta T4 perderán su enlace. Ya con los cinturones puestos oímos de la voz del piloto unas pueriles y poco convincentes explicaciones concernientes a problemas ocasionados en el proceso de colocación de equipajes...mientras pienso que "me reservo lo que pienso" me deja sorprendido que la "excusa" no se explica en inglés... Extraño, el resto de mensajes sí, en fin, cojo un diario y busco las páginas de arte y cultura dispuesto a leer sandeces.

Ya despegados y en travesía levanto los ojos del diario y veo (¡zas!) en el compartimento de 1a clase y volviendo no sé si de cabina o del servicio al personaje que motiva este artículo, perctamente peinado, Lacoste azul celeste, cara de autosuficiencia y sobradío a la vez que una connatural indiferencia por los trozos de carne con ojos que poblamos la clase turista.

Mi subconsciente hace aflorar como un géiser la frase que oí en la terminal "PUES SE MERECERIA QUE SALIESE EL AVION Y QUEDAR EN TIERRA".

Si el señor Edumequemo Zalisa es capaz de retrasar un vuelo llamando a algún cargo de AENA desde el atasco que se forma en Valencia el domingo por la tarde vivimos en un país de mierda, DE MIERDA.

Si el señorito que presume de ética política no ejerce la más elemental ética ciudadana y ocasiona que gente a quien no conozco pero seguro valen más que él pierdan sus enlaces a Santiago de Chile, como ocurrió de hecho, y es el portavoz del principal partido de la oposición...este país tiene una democracia muy, pero que muy verde y deficitaria.

FELIZ NAVIDAD A TODOS (menos a los jetas)

Sociedad y Cultura. ¿Reir o llorar?

Hace tiempo que sigo de cerca la sección de cultura de un periódico digital (http://www.levante-emv.es/ ) con el ánimo de intentar elevar a categoría de ley la hipótesis que iba tomando cuerpo en mi... digamos fuero interno. El caso es que este diario digital -que confieso, leo asiduamente- hace meses optó por separar las secciones "cultura" y "sociedad" que antes venían juntas. A partir de ese momento la sección "sociedad" sigue teniendo sus contenidos, por supuesto absolutamente prescindibles y a lo "vanity fair" en su inmensa mayoría; la sección cultura está ¡VACÍA! en un porcentaje muy alto de las visitas.
Estaba preguntándome cual sería el porcentaje adecuado para elevar al rango de LEY una mera hipótesis, pero hoy, tras una semana fuera de casa y de esta Valencia que me mata cada día más y peor.... me he conectado, la he visto ¡VACÍA! otra vez (y van...) y no he podido resistir la tentación de ponerme a escribir estas líneas.

No se piense que la culpa es de este diario digital: de donde no hay no se puede sacar.

Triste, triste, triste, triste...

Valenciaaaaaaaa! es la tierra de las floores de la luUUzz y del amoOOOOoor (y ya sabéis... ta-ta-ta-ta-chín ta-chín tachín) 

p.d. Enrique siente algo parecido http://inriquito.blogia.com/2006/081701-salsa-rosa.php

Verde que te quiero verde....

Verde que te quiero verde....

Toma posesión el nuevo conseller de territorio y vivienda y suelta (no hay verbo mejor): «Voy a hacer un urbanismo de ladrillo verde. Una política sandía: verde por fuera y roja, como el corazón, por dentro. Vamos a apostar por un urbanismo de corazón.»


Me encantaría que definiera cómo ha sido el urbanismo que han hecho hasta ahora en oposición al que están dispuestos a hacer a partir de su toma de posesión. Si esto se anuncia así es porque supone un cambio con la política de la cual hemos sido objeto, ¿y justo ahora?. hmmmmmm ¿porqué, por su cara bonita?. Personalista el chico (fijáos en la primera persona...), pero si cambian a un urbanismo humano es que antes no lo hacían, ¿no?. No os preocupéis... ahora tampoco.


En una emisora local -por cierto nada afecta a el gobierno de la Generalitat- se puede seguir un programa de noticias ecológicas. La primera vez que oí el trailer me descojonaba* vivo en la cocina yo solo mientras le daba a las cazuelas. "Serán todas malas", pensé... "será peor que una semana negra de esas que se dan en los noticiarios, pero sólo de ecología. El litoral levantino da para llenar horas con noticias de una truculencia similar a la violencia de género pero en lo ecológico. LO ESCATOECOLÓGICO". Pensé en un espectáculo gore-informativo donde el verde se convierte en marrón-pardo (de la porquería, siguiendo el juego de colores que empezó el conseller).... Pues ¡no!. Todo noticias oficiales y acartonadas, iniciativas institucionales, buenas palabras... Nada que ver con la realidad, desde luego, o al menos se trata de verdades muy parciales que entran de lleno en lo que llamamos cataplasmas. Para ver la realidad no hay mas que darse una vuelta (larga) y visitar la costa desde Vinaroz a Orihuela. El árbol que más abunda es el de la foto de arriba.


¡Estamos muy verdes, y lo peor es que vamos hacia el negro**!


* En estos artículos no pienso mantener "estilo"

** el ano-futuro que nos están preparando

El ruido y la furia

El ruido y la furia ¿Cómo le puede gustar la música a un pueblo al que le gusta -y tanto- el ruido?

p.d. No me vengáis con lo de que la mascletá (la palabra ya es explosivamente chabacana y ofensiva) es música porque tiene ritmo. Yo podré entonces aducir que la tomatina es alta gastronomía porque comes tomate. ¡No me busquéis las cosquillas...igual eso es sexo!

Historias de Valencia (I). La ciudad de...

Vivimos en la ciudad de ciudades, ya sabéis: La Ciudad de las Artes y las Ciencias (¡mayúsculas, por favor!), La Ciudad de la Justicia...antes de seguir enumerando no puedo resistir la tentación de comentar que sospecho que son cosas perniciosas que hay que mantener confinadas. En su momento a los pobres artistas falleros también se les confinó en otra ciudad. Quizá asistimos a un desgaste premeditado por sobreutilización de la palabra "ciudad" por parte de nuestros gobernantes, tan ecológicos ellos, para que otras palabras más bucólicas cobren inusitada pujanza. No, no hace falta ir a términos tan poéticos como campiña, prado y similares. ¿Qué tal si nos fijamos en "huerta"?
 
Valenciaaaaaaaaa! es la tierra de las flores, de la luz y del amoooooOOOr (y viene aquello tan sensible, fino y distinguido de: ta-ta-ta-ta chín, ta-chín, ta-chín bis)
 
Después de estos momentos musicales henchidos de amor patrio, todavía con el vello erizado me acomete el temor -irracional, lo reconozco- de que estos tipos, después de cargarse la huerta, buena parte de la costa, y otras muchas maravillas a base de hacer ciudades de...(¿que tal de...vacaciones?)... lo más variado, conciban por fin la Ciudad de los Servicios y sea menester coger el autobús para ir a hacer nuestras necesidades, operación penosa y ca(r)gada de a-ventura, ya que el autobús viene de la Ciudad del Transporte circunscribiendo su recorrido exclusivamente a la Avenida del Trasiego Urbano tras pasar por la Ciudad de la Delincuencia, con lo que las posibilidades de perderlo o de que no llegue con la frecuencia esperada son muchas, así como de que en él vayan apelotonados un buen número de ciudadanos apurados -eufemismo- que se aplican con éxito desigual a que sus esfínteres resistan los envites de la naturaleza que nada entiende de ciudades. 
¡Es para aliviarse encima!
 
 Innocent
 
JL