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Sentidos (¿5?) o ¿Será mejor callar?

¿País de altos vuelos o país tercermundista?

Tarde del 10 de diciembre, aeropuerto de Valencia, vuelo Valencia-Madrid. Me dirijo hacia la pantalla donde aún no se lee "boarding-embarque". Arrastro lentamente la pequeña maleta que tanto me gusta (tiene el tamaño perfecto para equipaje de mano) hacia la zona de embarque, faltan todavía 20 minutos. Creo que soy feliz (como siempre). Al llegar saco mi iPod y busco en la lista de reproducción...."Hary Janos"...mmm ¡maravilloso, colorista y alegre!...play...y me dejo arrastar por el río de Kodaly.

La suite avanza y cuando casi llega a su fin son las 19.47 y en la pantalla de la terminal no hay novedad aunque el embarque estaba previsto hacía 7 minutos. "Ya está bien de música"... guardo el iPod y me dispongo a observar impaciencias. Seguimos mirando la pantalla que parece congelada. Pasan a mi lado dos trabajadoras del personal de tierra. La que parece superior cargo le dice a la otra una frase a la cual mi consciente no da importancia, pero que mi puñetero subconsciente -como siempre- se encarga de archivar.

El embarque se produce casi con 30 minutos de retraso y hay pasajeros ya visiblemente preucupados y cabreados: todo apunta a que en la funesta T4 perderán su enlace. Ya con los cinturones puestos oímos de la voz del piloto unas pueriles y poco convincentes explicaciones concernientes a problemas ocasionados en el proceso de colocación de equipajes...mientras pienso que "me reservo lo que pienso" me deja sorprendido que la "excusa" no se explica en inglés... Extraño, el resto de mensajes sí, en fin, cojo un diario y busco las páginas de arte y cultura dispuesto a leer sandeces.

Ya despegados y en travesía levanto los ojos del diario y veo (¡zas!) en el compartimento de 1a clase y volviendo no sé si de cabina o del servicio al personaje que motiva este artículo, perctamente peinado, Lacoste azul celeste, cara de autosuficiencia y sobradío a la vez que una connatural indiferencia por los trozos de carne con ojos que poblamos la clase turista.

Mi subconsciente hace aflorar como un géiser la frase que oí en la terminal "PUES SE MERECERIA QUE SALIESE EL AVION Y QUEDAR EN TIERRA".

Si el señor Edumequemo Zalisa es capaz de retrasar un vuelo llamando a algún cargo de AENA desde el atasco que se forma en Valencia el domingo por la tarde vivimos en un país de mierda, DE MIERDA.

Si el señorito que presume de ética política no ejerce la más elemental ética ciudadana y ocasiona que gente a quien no conozco pero seguro valen más que él pierdan sus enlaces a Santiago de Chile, como ocurrió de hecho, y es el portavoz del principal partido de la oposición...este país tiene una democracia muy, pero que muy verde y deficitaria.

FELIZ NAVIDAD A TODOS (menos a los jetas)

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