Blogia
Sentidos (¿5?) o ¿Será mejor callar?

Preciosa vida... Experiencias de una chico bondadoso con un suegro tocapelotas (X).

Preciosa vida... Experiencias de una chico bondadoso con un suegro tocapelotas (X).

Nada más enfilar la salida del área de servicio FIL reexpone su leitmotiv en su habitual dinámica fortissimo: "YO TRES LONGANIZAS". No se nos había ocurrido que se le pudiese olvidar, pero por si había dudas ahí estaba su reafirmación existencial en forma de agresión sonora.

Al entrar en el restaurante -uno de esos típicos y desangelados autoservicios de autovía- se produce lo que los músicos llaman reexposición resumida: "TRES LONGANIZAS". A pesar de su menor duración la dinámica empleada hace que el 100% de las víctimas del autoservicio sepan que no están solos en su ignominia, y aproximadamente el 80% de ellos quieren saber qué caras tienen las nuevas.

"¿HAY QUE IR A POR LA COMIDA...? NO ME GUSTA..." . Hay que reconocer que FIL es de una coherencia admirable porque no le puede gustar un autoservicio a quien le encanta que le sirvan. "Papá... siéntate y nosotros te la traemos, aquí, ¿vale?".

"TRES LONGANIZAS"

Pffffffffffff es lo más lúcido y elegante que viene a mi mente mientras su hija y yo nos miramos con resignación a la vez que avanzamos hacia la cadena de autoservicio.

Allí nos percatamos de que no hay longanizas entre la corta oferta gastronómica que yace inerte en los expositores. Su hija vuelve para intentar convencer a FIL de la conveniencia de una sopa castellana o de una apetitosa paella. No tiene tiempo de acabar de articular la frase: "LONGANIZAS... TRES". "¡Dos papá, dos! y ya está bien". FIL acaba con la paciencia de cualquiera, la reducción de la dosis obedece a un ya incipiente cabreo de su hija y también al hecho de que tres no le conviene porque tiene el colesterol regulado a base de pastillas.

Un amable empleado nos tranquiliza: "no se preocupen señores, las longanizas no están en la carta pero se las podemos hacer". Parece que FIL tiene la suerte de cara. El pago en caja y el traslado de la comida de tres personas en dos bandejas es un auténtico engorro. Tenemos verdaderas ganas de estar ya sentados y comiendo aunque sea con música de "LA VIDA QUÉ PRECIOSA ES...".

Al llegar a la mesa nos espera una sorpresa desagradable, FIL inspecciona el plato y lanza un "...PERO YO QUERÍA NEGRAS". Nos quedamos desolados medio en pié, medio-casi sentándonos. "¡Pediste longanizas!" tercia su hija. "PERO NEGRAS". "Papá son morcillas, se llaman m-o-r-c-i-l-l-a-s". Recuerdo no sin una sonrisa que FIL debe tener algún problema con el vocablo "morcilla"; recuerdo haber oído "chorizos negros" (¡¡!!), "butifarras", "botifarras", "butifarras negras" entre otras. Pero "longanizas" y al cabo de media hora "negras" era demasiado para nosotros y para el auto-anti-servicio. Nos debatimos entre acceder al "capricho", marcar una cierta disciplina o simplemente desearle morcilla, eso si, especificando antes del vocablo que él no encontró el giro "que le den".

Al final se impone lamentablemente para FIL nuestro cansancio y cobardía -lo reconozco- ante la posibilidad de acometer el penoso proceso de pedir otra vez algo que no está en el menú y sufrir el enervante trámite del pago en caja.

FIL refunfuña como un niño, reniega un poco y ataca con desgana el embutido. Su berrinche tiene una consecuencia positiva: podemos comer sin oír Radio Suegro... ninguna alusión a la belleza de la vida o a la grandeza de Dios. Una comida sana y decente, así de simple.


Otra vez de camino parece que a FIL se le ha medio pasado el berrinche. "AQUÍ YA NO VOLVEMOS...". Nada más oírlo me apunto la salida de la autovía en cuestión. Hay que acumular conocimiento útil para ulteriores puteos.


Un sorpresivo (otro...) "¡CUÁNTO COCHE...! nos avisa de que FIL ya no se acuerda del episodio morcillil. "¡CUÁNTO CUESTA DE LLEGAR!", es otra frase que está programada para sonar repetidas veces a partir del km 70 antes de la llegada a destino.


A nuestra llegada somos recibidos por mis cuñados de forma cariñosa y efusiva, a pesar de ser portadores del paquete en cuestión. La verdad es que nuestra relación es fantástica. Mi sobrino de diez años está viendo en la tele una de sus series favoritas. Tras besarnos se aplica con ahínco a la contemplación del serial. Nada va a perturbar dicha contemplación, ni siquiera FIL, quien tras acomodarse en la habitación que le dará cobijo un mes entero se sienta al lado del niño. "EL COLEGIO... ¿BIEN?"... un lacónico sí sin separar la mirada de la pantalla da respuesta. "¿TIENES YA VACACIONES?". El niño sube la voz pero no separa la mirada de la tele: "SIIIIiiii abuelito, sí". Nosotros salimos los cuatro con una improvisada merienda al jardín... tenemos mucho que contarnos. Al pasar por el salón nos compadecemos ligeramente de mi sobrino en silencio: el interrogatorio llega en el momento más inoportuno de la serie, como no podía ser de otra manera. De cualquier forma el niño es extremadamente inteligente, después de un conato de cabreo opta por lo más sano, se encierra en la serie clavando sus preciosos ojos en la pantalla y ya no contesta.

Nosotros estamos ya enfrascados en una agradable conversación mantenida en un no menos agradable atardecer. Nos ponemos al día de muchas cosas.


En los silencios de nuestra conversación oímos la televisión por la puerta abierta. FIL hace un rato que no interviene. De momento truena un "LA VIDA...." pero la frase no es completada... Nos miramos y por nuestra mente pasa la misma imagen: FIL ataca de nuevo, pero le ha frenado la constancia televisiva y autodefensiva de mi sobrino que ni ha pestañeado y seguramente ni respirado.

La semifrase queda dibujada en el aire del jardín saliendo del salón como el bocadillo monstruoso de un tebeo imposible.


Nos miramos y nos brota una sana carcajada. FIL es un inoportuno: de haber acabado la frase hubiese tenido razón.


5 comentarios

JuanLu -

Querida Igebelar,

FIL lo único de desarrolla no voy a explicarlo aquí, solo diré que me hace recordar que nacemos como meros tubos digestivos y bastantes de los humanos, en la edad madura sufren una regresión hacia los estados de la infancia.......
"¿.... a imagen y semejanza de quien?"

Igebelar -

Hay días que empiezan bien... y terminan mejor. ¡¡¡La vida qué preciosa es!!!

Si va a resultar que FIL es un filósofo de primera (a pesar de su fijación con las longanizas). Puede que elabore longaniceorías, ja, ja.

Muxuk.

Igebelar -

¡¡¡¿¿¿Qué te apuntaste la salida de la autovía???!!! No sé, no sé... Eso de autocalificarte como "chico bondadoso" no me cuadra mucho. ¡Eres un BIHURRI empedernido!

Muxu bat.

JuanLu -

Me alegro que puedas desde el paraíso... para algunos el paraíso no debería tener internet.
;-)

Igebelar -

Ya veo que el blog vuelve a cobrar vida. Ahora no tengo tiempo para nada. La vida en el paraíso pasa tan deprisa...

Muxu goxo bat.