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Sentidos (¿5?) o ¿Será mejor callar?

Make it louder!

Make it louder!

Es el signo de los tiempos y por lo tanto ya sólo por eso ha de estar bien, claro. Que no se nos ocurra decir que cualquier tiempo pasado era mejor y toda esa milonga, que si no ya saldrá algún graciosillo que nos recuerde: "¡claro!, ya vas teniendo edad para... emplear ese discurso".
Pero lo cierto es que el espíritu de los tiempos (Zeitgeist) también llega al mundo del audio profesional. Estudios reputados y prestigiosos ingenieros confiesan que se ven obligados por el cliente a hacer sonar más y más fuerte sus masters -ya sabéis, grabación maestra original de la cual se "clona" la producción de cds- porque han de sonar como los de la competencia: muy fuerte.
¿Qué es muy fuerte realmente?. Uno en su casa pone el volumen al que suena susodicho cd como le sale de las gónadas, pero el problema es cómo suena en comparación a otros cds, y en la combínación de ese cómo con el marketing, la competencia y también la envidia, por citar algunos agravantes.
Para que la grabación tenga más "pegada"  se inventó la compresión. La compresión hace que los pasajes más bajos (más quedos, menos sonoros) de una grabación suenen más altos y los altos más bajos para luego subirlo TODO a tope.
El gráfico que encabeza el artículo muestra una pista sin compresión y la otra fuertemente comprimida. Como se observa la comprimida suena más fuerte (la amplitud de las ondas lo demuestra) y la no comprimida no exprime toda la dinámica de la grabación PERO (y atención a esto) tiene más vaivén ya que hay más diferencia entre los picos y los valles.
Imaginar que es la figura de vuestra chica favorita (o chico, me da igual) y que de tener figura y contornos pasa a ser un bloque, pues eso es lo que se hace con el audio comprimido.
En http://mixonline.com/recording/mastering/audio_big_squeeze/ lo explican de forma ejemplar, pero si queréis verlo está también esto: http://www.youtube.com/watch?v=3Gmex_4hreQ
Y ¿que tiene esto que ver con el Zeitgeist al que aludía al principio?. Pues es claro que se trata de una necesidad creada que hace que artistas eximios "malogren"  su disco mítico de los años 70 u 80 pidiéndole al ingeniero: "Please, make it louder!". El oyente seguramente disfrutará de la pegada de las primeras notas, pero pronto morirá aplastado intentando copular con un cuerpo gordo y sin forma ni curvas que se le ha puesto encima y que le abortargará progresivamente  mes tras mes, año tras año el preciado sentido que le permite oír cosas y disfrutar de la música.
Vivimos en la sociedad de lo mucho, pero de lo bueno no estamos cerca, y la tragedia se da porque no lo estamos por culpa de lo mucho. Quien quiera entender que lo haga. Quien no quiera o no pueda allá él.

30 km no son suficientes.

El mes pasado, un sábado estaba en la piscina y me pareció oír que en un chalet próximo aunque no inmediato un grupo probaba un equipo de música de directo: primero batería, luego bajo y así sucesivamente. Pensé: ¿Van a ensayar por aquí, en una casa?, jo... suena fuerte. Bueno, ¿porqué no?, solo espero que sea hoy y no más días.
Seguí nadando y no le dí más importancia. Hubo más pruebas, pero no hubo luego ensayo. Por la noche empezó a sonar la música y sonaba realmente fuerte, pero extrañamente las frecuencias agudas no eran muy claras. El bajo era apabullante, potente y denso.
Salí de casa con las manos en los bolsillos espoleado por la curiosidad caminando hacia la fuente de sonido y por mucho que iba hacia ella calle tras calle sonaba igual de fuerte y en la misma dirección... enseguida lo entendí y dando media vuelta volví a casa. Tendría que caminar más de 30 km para desde donde vivo llegar al circuito de Cheste. Allí, una elementa con nombre genérico de virgen y rubia de bote daba un concierto multitudinario esa noche.
Habréis de reconocer que si el equipo de tal "artista" fuera el equipo primero que se compran los adolescentes para hacer sus primeras actuaciones, cantando igual la impresión que nos produciría su macro-montaje sería tan pobre como realmente lo es. ¿Calidad?. Sin cantidad no hay nada, ni impresión, ni fama, ni respetabilidad. Cualquier reina grande del espectáculo se vería reducida al estado de principiante en el que tuvo que soplar bastantes flautas* para llegar a algo.

* Podéis tomarlo en la acepción que os plazca, acertaréis.

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