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Sentidos (¿5?) o ¿Será mejor callar?

Experiencias de un chico bondadoso con su suegro tocapelotas (XX). Regresiones.

Experiencias de un chico bondadoso con su suegro tocapelotas (XX). Regresiones.

Observar atentamente a un homínido como FIL proporciona sabrosas ocasiones para desarrollar el hobby de la antropología a los que no nos dedicamos a ello como profesión. Sin embargo y a pesar de mi amateurismo entusiasta me he percatado de que es posible llegar a conclusiones de una sorprendente validez científica.
- LOS GATOS... ¿CUÁNTO DURAN? (Señalando a Bianca, que duerme plácidamente, ajena a la tontería y a la impropiedad de la expresión. Ajena también al pensamiento que FIL alberga, y que consiste en calcular toscamente si la minina le sobrevivirá o no, ¡ojalá, oiga usté!)

Al señalar FIL a la gatita me percato de algo que hace tiempo sucede pero a lo que yo no había prestado atención: lo hace con el índice en un ángulo curioso ya que el dedo apunta más alto, no estando en el mismo plano que el dorso de la mano. ¡Esto es lo que hacen los niños!. Tras memorística revisión de gestos similares en niños conocidos concluyo que es bastante más normal en ellos que en personas adultas. No viene a cuento ahora desgranar los porqués de esta exactitud en la orientación del puntero anatómico, lo cierto es que -volviendo a FIL- la combinación del gesto con la estulticia de la pregunta me hace ver con claridad cuánto de regresión tiene una vejez mal llevada.

Al nacer mi sobrino, su abuelo paterno* me hizo un aparte jocoso y cordial ante el comentario típico ponderando el carácter que tenía el lactante y esas sandeces propias de las reuniones de comadres: "a estas edades no son más que tubos digestivos...".  Tal verdad descerrajada así con franqueza te hace ver la naturaleza de las cosas, y comprendes porqué muchos adultos incluso tienen cara de salchicha, o de tubo, o de pedo a veces (no se incomoden pero es así), cara de todo lo que tenga que ver con la deglución y todos los procesos ulteriores, ya cada vez menos elegantes. FIL realmente nunca estuvo muy lejos de la esencia del tubo digestivo perfecto, por lo que su regresión a sólo tubo que ahora es era bastante previsible.

- ¿TENGO TURRÓN? (Mientras desayuna ya está pensando en el postre de la comida).
- ¿POLEO? (Es una maravilla de la síntesis, un prodigio intelectual. Pretende que se la haga un poleo ya que no está dispuesto a levantarse para hacérselo él).
- ¡Papá!...¡No haces más que comer y pensar en comer... y beber!. ¡Levántatelo y háztelo tú... que no haces nada en todo el día!. (Su hija es explícita, vamos todo lo que no es él).

- ¡YO DE ESO MUCHO! (señalando a la olla, dedo pimpante).
Después procedemos a la comida de aquel "eso" y por error de previsión de su sacrificado yerno no había más que dos naranjas para tres comensales. Las dos piezas se hallan en el centro de la mesa y mientras estamos todavía en el primer plato FIL sin dejar de llevarse la cuchara a la boca con la izquierda atrapa lenta pero inexorablemente la más grande de ellas y la reserva al lado del plato.

Los niños al menos lo hacen con gracia.

 

* No, no era FIL, pensaba mientras escribía que no era necesaria la aclaración.

p.d. Post número 20 de esta serie. No entiendo cómo he llegado hasta aquí, pero lo cierto es que llegué. Me cuesta entender a veces cómo un personaje tan gris me puede hacer llegar tan lejos. O realmente no es gris, y es un fuera de serie como muchas veces he mantenido en estas páginas. O (más bien) es que su grisura es absolutamente enciclopédica. Mi duda es si al dirigirme a la wikipedia para ilustrar con su foto una definición me decidiré por "egoista", "gandul", "simple", "glotón", "metepatas", "imprudente" y tantas otras. Quizá "tocapelotas" sería adecuado, claro, pero la enciclopedia en línea no contempla este vocablo.

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